Entornos
En cuanto a los entornos, en la película “Yo, Robot” podemos apreciar un entorno ciertamente hostil, debido a que los nuevos robots desarrollados por USR, los NS-5, ya no son afines a los humanos y no les obedecen, al contrario que los antiguos robots. Esto es debido a una evolución en los cerebros positrónicos de los nuevos robots, que al margen de permitirles el hecho de no obedecer a las tres leyes de la robótica, llegan al punto de encerrar a los seres humanos, oprimirlos e incluso matar a algunos de ellos por considerarlos una especie altamente autodestructiva. Esto es orden del ordenador central de la compañía U.S Robotics, VIKI, que considera que es necesario sacrificar a algunos humanos y recortarles ciertas libertades, porque así morirían menos humanos en el futuro de los que morirían si no se llevara a cabo esta represión.
Por otra parte, tenemos otros ejemplos, como el caso del despacho de Lawrence Robertson dentro de la empresa US Robotics, que está situado en la planta más alta del edificio, mientras que el departamento del dr. Alfred Lanning se encontraba más abajo, y los robots en el sótano en disposición milital, es decir, perfectamente alineados en filas y columnas iguales. Esto representa claramente una jerarquización dentro del ejemplo de la empresa: el presidente es el que tiene el poder y por ello está en lo más alto, mientras que Lanning, que es quien ha fabricado los robots en su conjunto representa a lo que me referiré como el “trabajo sucio”, ya que él es quien realmente trabaja hasta la extenuación hasta llegar al suicidio por encontrarse “prisionero” en su propio despacho, aunque también lo hace porque realmente es la única forma de que el detective Spooner se entere de lo que está pasando con el ordenador central de la fábrica (VIKI) en particular y con los robots NS-5 en general; mientras que los NS-5 están en la planta baja alineados, puesto que son máquinas y no tienen derecho ni poder alguno, por eso están en lo más bajo de la central de US Roobotics. También el puente tiene un significado simbólico: en el sueño de Sonny se observa a lo lejos un puente a medio construir. Simboliza la necesariedad de la convivencia y la colaboración entre el hombre y la máquina, puesto que si esta condición no se da, el mundo no prosperará, como el puente
Por el contrario, en “El hombre bicentenario” de Isaac Asimov, el entorno que se observa es un entorno familiar, bastante más sosegado, aunque mantiene un poco de hostilidad. El robot de la familia Martin, cuya serie es NDR y al que más tarde la hija menor de la familia le pone el nombre de Andrew, ejerce de mayordomo y sirviente, sin embargo un día talla una pieza en madera para la hija menor, y el padre, sorprendido, pone al robot a estudiar libros sobre diseño, y Andrew cada vez va adquiriendo nuevos conocimientos, a la par que siente emociones que no podría sentir un robot, como el cariño hacia su familia. Hay ciertos momentos de incertidumbre, como cuando Andrew le pide al señor Martin comprar su libertad y este no parece estar de acuerdo. De hostilidad también encontramos ciertos momentos, cuando Andrew comienza a usar ropa para sentirse más humano y un grupo de gamberros le obligan a quitársela, aprovechándose de la segunda ley de la robótica: siempre obedecerá las órdenes del ser humano, salvo cuando ello implique entrar en conflicto con la primera ley, que consiste en no dañar jamás a un ser humano.
En lo que respecta al tiempo, en la película, ambientada en un futuro relativamente cercano (2035), podemos encontrar un flashback en el momento del accidente en el cual un camión embiste a dos coches, uno de ellos el del detective Spooner, y estos acaban cayendo al río y hundiéndose. El protagonista recuerda ese momento, cuando un robot salta al agua para salvar a los humanos, sin embargo ese robot calcula que el detective tiene un 45% de probabilidades de supervivencia mientras que en el otro coche hay una niña atrapada, la cual sólo tiene, según los cálculos del robot, un 11% de probabilidades de sobrevivir. A raíz de ese cálculo, el robot salva automáticamente al detective por tener más opciones de sobrevivir, a pesar de que éste le insistiera en salvar a la niña, pero el robot no le hace caso. De ahí el odio que le tiene el protagonista a los robots en particular y a la tecnología en general.
Por otro lado, el libro está ambientado en la sociedad actual, pero fue imaginada por el autor como bastante más futurista de lo que ha sido, puesto que esta historia data de 1976. Se puede decir que tenemos el caso de “in extrema res”, puesto que el libro empieza prácticamente al final de la historia, cuando Andrew decide someterse a una operación para modificar su memoria positrónica, reemplazando sus sendas positrónicas por células cerebrales orgánicas. Esto ocurre en la primera página, después la historia se remonta al momento en el que el robot servía a los Martin, y continúa con la evolución del robot para tratar de convertirse en un ser humano.
Sin embargo hay grandes saltos espacio-temporales dentro de la historia (elipsis), es decir, la historia avanza bastante tiempo sin contar nada de lo que ha pasado durante ese tiempo
Por otra parte, tenemos otros ejemplos, como el caso del despacho de Lawrence Robertson dentro de la empresa US Robotics, que está situado en la planta más alta del edificio, mientras que el departamento del dr. Alfred Lanning se encontraba más abajo, y los robots en el sótano en disposición milital, es decir, perfectamente alineados en filas y columnas iguales. Esto representa claramente una jerarquización dentro del ejemplo de la empresa: el presidente es el que tiene el poder y por ello está en lo más alto, mientras que Lanning, que es quien ha fabricado los robots en su conjunto representa a lo que me referiré como el “trabajo sucio”, ya que él es quien realmente trabaja hasta la extenuación hasta llegar al suicidio por encontrarse “prisionero” en su propio despacho, aunque también lo hace porque realmente es la única forma de que el detective Spooner se entere de lo que está pasando con el ordenador central de la fábrica (VIKI) en particular y con los robots NS-5 en general; mientras que los NS-5 están en la planta baja alineados, puesto que son máquinas y no tienen derecho ni poder alguno, por eso están en lo más bajo de la central de US Roobotics. También el puente tiene un significado simbólico: en el sueño de Sonny se observa a lo lejos un puente a medio construir. Simboliza la necesariedad de la convivencia y la colaboración entre el hombre y la máquina, puesto que si esta condición no se da, el mundo no prosperará, como el puente
Por el contrario, en “El hombre bicentenario” de Isaac Asimov, el entorno que se observa es un entorno familiar, bastante más sosegado, aunque mantiene un poco de hostilidad. El robot de la familia Martin, cuya serie es NDR y al que más tarde la hija menor de la familia le pone el nombre de Andrew, ejerce de mayordomo y sirviente, sin embargo un día talla una pieza en madera para la hija menor, y el padre, sorprendido, pone al robot a estudiar libros sobre diseño, y Andrew cada vez va adquiriendo nuevos conocimientos, a la par que siente emociones que no podría sentir un robot, como el cariño hacia su familia. Hay ciertos momentos de incertidumbre, como cuando Andrew le pide al señor Martin comprar su libertad y este no parece estar de acuerdo. De hostilidad también encontramos ciertos momentos, cuando Andrew comienza a usar ropa para sentirse más humano y un grupo de gamberros le obligan a quitársela, aprovechándose de la segunda ley de la robótica: siempre obedecerá las órdenes del ser humano, salvo cuando ello implique entrar en conflicto con la primera ley, que consiste en no dañar jamás a un ser humano.
En lo que respecta al tiempo, en la película, ambientada en un futuro relativamente cercano (2035), podemos encontrar un flashback en el momento del accidente en el cual un camión embiste a dos coches, uno de ellos el del detective Spooner, y estos acaban cayendo al río y hundiéndose. El protagonista recuerda ese momento, cuando un robot salta al agua para salvar a los humanos, sin embargo ese robot calcula que el detective tiene un 45% de probabilidades de supervivencia mientras que en el otro coche hay una niña atrapada, la cual sólo tiene, según los cálculos del robot, un 11% de probabilidades de sobrevivir. A raíz de ese cálculo, el robot salva automáticamente al detective por tener más opciones de sobrevivir, a pesar de que éste le insistiera en salvar a la niña, pero el robot no le hace caso. De ahí el odio que le tiene el protagonista a los robots en particular y a la tecnología en general.
Por otro lado, el libro está ambientado en la sociedad actual, pero fue imaginada por el autor como bastante más futurista de lo que ha sido, puesto que esta historia data de 1976. Se puede decir que tenemos el caso de “in extrema res”, puesto que el libro empieza prácticamente al final de la historia, cuando Andrew decide someterse a una operación para modificar su memoria positrónica, reemplazando sus sendas positrónicas por células cerebrales orgánicas. Esto ocurre en la primera página, después la historia se remonta al momento en el que el robot servía a los Martin, y continúa con la evolución del robot para tratar de convertirse en un ser humano.
Sin embargo hay grandes saltos espacio-temporales dentro de la historia (elipsis), es decir, la historia avanza bastante tiempo sin contar nada de lo que ha pasado durante ese tiempo
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